miércoles, 17 de agosto de 2011

luego de la tormenta

Hay momentos donde hasta las musas nos hacemos preguntas existenciales, si, hasta nosotras nos preguntamos el por que? de la vida.
Y son en esos momentos donde dejamos nuestros harapos de seda, le quitamos el velo azul de la reina Mab al poeta, y le dejamos ver la realidad.
Somos tan hermosas como a travez del velo? Son reales las palabras que nos desgarran la piel? son tan suaves nuestras pieles? son nuestros sue;os encantadores?

Como toda musa que se respete, necesitamos a veces un peque;o empujón para tomar nuestro coraje y salir de la habitación? Que pasara del hombre alli dentro, solo? quien lo cuidara? pero seguiremos sufriendo nosotras?
pues no, las musas no somos trofeos, ni moneditas de oro. No huimos, solo nos alejamos de lo que ya no nos sirve, pues el trabajo de una musa es inspirar, no ser tratadas como mu;ecas rotas.

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